Localización del inmueble

La Iglesia de Santa María la Mayor se localiza en el centro del municipio de Guadahortuna, en la suave ladera que se acerca al rio de mismo nombre, lindando al noroeste con la Calle Almendro y al sureste con la Calle Real, desde la que se accede a su entrada principal, no sin antes salvar un tramo de varios peldaños

La Iglesia es un Bien de Interés Cultural (BIC) inscrito en el BOE de 13 de agosto de 1983
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Breve descripción de la Iglesia

La Iglesia Parroquial de Guadahortuna ocupa un lugar relevante en la construcción renacentista de la provincia de Granada. Promovida por el arzobispo D. Pedro Guerrero, su elevación coincide con la de las iglesias de los municipios de Iznalloz (1549), Montefrío (1543), Moclín (1543), Íllora (1545), Colomera y Montejícar. Construcciones todas ellas en las que participó de forma más o menos amplia el arquitecto Diego de Siloe, el mismo que elevaba en aquellos años la Catedral de Granada.

Se tienen noticias de una primera iglesia construida en Guadahortuna hacia 1505, construcción de pobre factura, formalizada por una sola nave y capilla mayor, según el esquema tipológico habitual del mudéjar granadino. Este templo debió tener problemas de conservación puesto que treinta años después ya requirió de la restauración de su cubierta, así como de consolidar sus muros en el contacto con la cabecera.

El desarrollo urbano del municipio y la mala fábrica primitiva pudieron ser los motivos por los que hacia 1542 comienza a labrarse piedra para la nueva Iglesia, realizada en esta ocasión en cantería. Figuraba en estos primeros trabajos el maestro Domingo de Ygnia.

Cinco años más tarde se tiene noticia de la visita de Juan de Maeda para tasar la obra realizada, así como de la labor de Diego de Siloe aportando traza a la nueva capilla mayor. Los trabajos de cantería por su parte corrieron a cargo de Gabriel Núñez y Gabriel Martínez, debiendo finalizarse la obra en los años 60.

 

La Iglesia se desarrolla en tres naves sin capillas laterales. La central de mayor altura, está apoyada en pilares de planta rectangular ochavada, enlazados entre si por arcos apuntados. La nave central ofrece armadura de lacería policromada de notable factura, desarrollada en cuatro testeros con limas mohamares, tirantes en collera apoyados sobre ménsulas, y arrocabe perimetral. El almizate posee piñas de mocárabes, y las citadas ménsulas, trabajos de tallado singular, dorados y policromías con escudos. Por su parte las naves laterales resuelven su cubierta con paños sencillos de pares, a la molinera.

 

La capilla mayor es de planta rectangular, separada de la nave principal por un arco toral de medio punto apoyado en pilastras sencillas. Está cubierta con bóveda de plementería sobre nervaduras góticas, recurso empleado en la Catedral de Granada. En la intersección de los nervios se muestran gruesos florones dorados.

A los pies del templo figura, coincidiendo con la nave central, un pequeño coro apoyado en jácena de madera sobre ménsulas talladas. Maclada a la planta en su vértice sur se eleva la torre, ocupando su planta baja una capilla abierta a la Iglesia. En el extremo opuesto, una escalera ofrece acceso al coro.

 

Junto a la capilla mayor figura adosada una pequeña sacristía, que en sus plantas superiores ofrece un reducido salón parroquial y acceso a la cámara bajo cubierta de la citada capilla mayor. La cubierta de la sacristía es de reciente factura, este hecho lo confirma el empleo de un agua formalizada con rollizos de pino sin embarbillado de apoyo en el durmiente del alero. Por su parte la armadura de madera sobre la capilla mayor es de cuatro testeros con limas y pares escuadrados de pino. Con cuadrales, pero sin tirantes ni almizate.

 

La portada principal de acceso al templo se compone de dos niveles rematados por frontones. En el centro bajo, la puerta con arco de medio punto decorado con cabezas de ángeles, apoyado sobre pilastras. A ambos lados, parejas de columnas exentas elevadas sobre pedestales, y al fondo de estas, bajorrelieves de follaje y grutescos. Un entablamento con cornisa divide el segundo cuerpo formado por dos hornacinas laterales y una central, pensadas para albergar esculturas hoy perdidas. Si en planta baja las columnas son de orden dórico, en la primera son jónicas y exentas en los laterales, y compuestas y apilastradas en la hornacina central.

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Como más adelante se describe, la meteorización de la piedra es muy acusada en distintas partes de la sillería de esta Iglesia. Muy notable fue el deterioro que mostraba esta portada motivo por el que fue restaurada y reintegrados sus volúmenes en la década de los noventa bajo la dirección del arquitecto Pedro Salmerón.

La torre de la Iglesia es de planta cuadrada cercana a los seis metros de lado. Se desarrolla en cinco cuerpos superpuestos, siendo los tres primeros accesibles mediante escalera de caracol en sillería inserta entre los muros de la torre y el coro. En planta baja la torre está abierta al interior de la Iglesia, en planta primera posee un cuarto iluminado por una ventana, mientras que en su segunda planta se instaló un reloj con esfera orientada hacia la calle Real, equipo que mantiene su maquinaria original, hoy sustituida su función por un motor eléctrico. Desde este nivel se accede a la tercera planta mediante escalera de obra apoyada en una bóveda tabicada de dudosa factura. En esta altura descansa el cuerpo principal de campanas, abierto al exterior por cuatro vanos abocinados de medio punto donde residen dos campanas accionadas por matillo. Remata la tercera planta una bóveda nervada de cantería. Gracias aun escalera de mano, se puede continuar el ascenso hacia una cámara cerrada entre la citada bóveda y el forjado de madera que sirve de piso al último cuerpo ochavado, formado por sendos vanos rematados por arco de medio punto. Sobre este, cubierta de pares de madera, atirantada.

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El perfil de esta torre es el elemento más icónico del paisaje urbano del municipio, siendo testigo mudo de su historia.

Por último, apuntar la presencia de dos elementos destacados de la fábrica de esta iglesia. De un lado la portada presente en la fachada de los pies de esta. Vano de medio punto sobre pilastras, cegado por el recrecido de los viales circundantes, que presenta un enmarcado de molduras talladas en piedra, así como un escudo sobre su clave muy deteriorado a causa del deterioro de la piedra.

De otro lado, un pozo emplazado a ras de suelo en el extremo de la nave del evangelio lindero con el coro. Registrado el mismo se comprueba que está en servicio.

Propuesta de intervención

Analizado el estado de conservación de la Iglesia en su conjunto, en opinión de los técnicos se aconseja iniciar las actuaciones de restauración sobre la torre. El templo presenta las cubiertas rehabilitadas hace unos veinte años, así como su portada principal, presentado la torre las mayores deficiencias de conservación por el deterioro de su piedra, forjados intermedios, bóveda y cubierta.

Esta torre constituye un hito en el paisaje urbano de Guadahortuna. Elemento muy esbelto, realizado en muros de sillería, que alberga una pila bautismal en planta baja, un salón en planta primera, el cuarto del reloj en planta segunda, el campanario en la tercera, un camaranchón sin ventanas sobre esta, y de remate un último cuerpo de ocho lados (ochavado) con ventanas trazadas con arco de medio punto.

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A ella se accede desde una escalera de caracol inserta entre los muros de la nave principal y los propios del campanario. Atendiendo a las sacudidas producidas por los terremotos, los muros de esta escalera presentan fisuraciones, debido a su esbeltez y diferente masa respecto del resto de elementos estructurales del cuerpo de naves.

Las fachadas de la torre ofrecen un estado de conservación muy deficiente, debido principalmente al deterioro de la piedra arenisca. Las pérdidas de volumen en algunos casos son notables, y como ocurre en la fachada de la sacristía, las reparaciones recientes con morteros de cemento están agravando el problema, provocando la caída periódica de material a la via pública o plaza de ingreso a la Iglesia.

El deterioro de la piedra se hace relevante en las cornisas y elementos tallados. Zonas que presentan elemento tallados de bulto donde la calcarenita bioclástica se ha arenizado, ocasionando la perdida de relieves y formas. La elección de esta piedra, probablemente de las canteras de Huelma, permitió una construcción resistente empleando una material ligero y fácil de tallar, sin embargo, débil a la exposición atmosférica.

El interior de la torre posee igualmente problemas de conservación. El techo de la sala de la primera planta, oculto por uno suspendido de duelas, muestra un alfarje de madera con varias vigas agramiladas, que entendemos pueden ser las originales, siendo el resto de rollizos. En este piso es evidente los procesos de pudrición de la madera por hongos y ataques de xilófagos.

Llegados al siguiente cuerpo, la torre posee la maquinaria original del reloj. Espacio patrimonial muy interesante que sin embargo presenta los suelos y paramentos muy sucios por la acumulación de palomino.

Si bien la maquinaria del reloj se sustituyó en fecha reciente por un motor eléctrico, subrayamos la oportunidad que ofrece su presencia en la futura musealización o visita pública de la torre, al disponer de la antigua maquinaria de engranajes.

Junto al reloj una escalera contemporánea de tres tramos permite el acceso al cuerpo de campanas.

Alcanzado el cuerpo de campanas la torre muestra al visitante una vistas muy singulares del municipio, hecho que requiere de la consolidación de su suelo, restauración de la bóveda nervada de piedra del techo y la limpieza de las campanas.

Remata la torre un último cuerpo de ocho caras, coronado con una cubierta de madera. Espacio de difícil acceso que requiere de la estabilización de los muros de piedra, y la consolidación de la cubierta.

En su interior la torre ha de renovar al completo sus instalaciones, dotar los huecos de alumbrado monumental y colocar un pararrayos en su cúspide con dos bajantes a tierra, dado que es el edificio más alto del perímetro urbano.